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Lasaña Ibérica

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Hoy una receta familiar con mi toque personal: Lasaña Ibérica.

La inspiración para preparar esta deliciosa Lasaña viene de mi cuaderno. Ese cuaderno que muchos ya sabéis que me regaló mi madre, que es por orden alfabético. En ella guardo, escritas a mano, mis primeras recetas, mis primeros pinitos en la cocina.

Pues bien, esto me lleva, obligado, a recordar y a incluir en este blog a mi tía Anica. Es una historia dura pero entrañable a la vez. Mi abuela materna, Milagros, la que me enseñó a arreglar el pescado con solo yo tres añitos, tenía una hermana. Era nuestra Chacha MªDolores. Quería a mi madre con locura, pues mi madre es hija única, y sentía por ella un amor especial. Pues bien, mi Chacha se casó y tuvo trece hijos. Y aquí viene la parte dura: enterró a su marido y a sus hijos por tuberculosis, unos antes y otros después…

Cuando crecí mi pregunta era cómo mi Chacha pudo seguir viviendo. Bien, pues uno de sus hijos se casó y tuvo tres hijos, aunque murió muy joven. Anica es la mujer de este primo hermano de mi madre, al que nunca conocí, ni a los demás. Cuando él murió, mi tia Anica se marchó a Barcelona a servir en una casa para sacar a sus tres hijos adelante y mi Chacha, su suegra, se marchó con ella para no quedarse sola.

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Aun así, en cuanto podía, se venía con nosotros unos días, nos quería muchísimo y nos cuidaba continuamente. De vez en cuando íbamos a Barcelona a ver a Anica, y bueno, es difícil describir a una mujer como ella era: alegre, luchadora y siempre dispuesta a servir a los demás. Tenía todo preparado cuando llegábamos, deseando vernos siempre.

La vida le obligó a trabajar muy duro, así terminaron sus pobres manos, comidas de artrosis, deformadas, y una de las mejores cocineras que he conocido en el mundo.

La última vez que la vi, vino ella a pasar unos días a casa. El regalo para mí fue una toalla para la playa, todavía la tengo, con el dibujo de unos caballos galopando y con el viento dándoles en la cara. En todos azules y granates, preciosa.

Pero definitivamente el mayor regalo fue tenerla esos días y poder disfrutar de su presencia. Ella cocinaba cada día, no nos dejaba cocinar a ninguno, y con su delantal de cuando servía en aquella casa. Era una mujer tan fuerte y elegante…

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Coincidió en ese viaje mi cumpleaños y esta lasaña, aunque ella la hizo con canelones, es lo que preparó para comer. Imposible olvidar ese día, ni esta receta, Vino en el tren con una caja de sardinas frescas. Sí, sí, yo no sé cómo lo hizo, cinco horas de tren, y las sardinas llegaron frescas en pleno agosto. Pero por mi madre se hubiera traído el universo.

Me enseñó algunas recetas más, que iré preparando y publicando, a cuál mejor. Fueron unos días inolvidables. Pasábamos todo el día juntas, mientras mi madre trabajaba, nosotras lo preparábamos todo. Aunque había un momento sagrado: después de comer. El café cargadito y el bocado dulce no le podían faltar y la telenovela. Yo me iba del salón, no me gusta nada la televisión, pero me llamaba a grito «pelao» «Innnnnma, vente aquí conmigo, a ver la telenovelaaa» y era una mujer tan divertida y a la que quiero tanto que no sabía decirle que no….

Dejó cuando se fue un vacío inmenso, pasó tiempo hasta que nuestra casa fue recuperándose de su ausencia.

En fin, esto puede parecer casi el principio de una novela de una historia familiar, pero quería explicar por qué Anica tenía que estar en mi blog. Porque ha habido personas que me han dejado una huella profunda y me han ayudado a ser hoy quien soy. Y Anica es una de ellas.

A esta historia se suma la amistad tan sana y especial que tengo con alguien a quien yo le llamo » Mi Ángel de la Guarda en Unir», donde Unir es mi universidad, y mi Ángel es alguien que me ha desmostrado que nunca estamos solos, y que creer en las personas puede conseguir que, alguien que no se cree capaz, llegue a lo más alto.

Ha sido mi guía y amiga durante toda la carrera, jamás me falló, me ha cuidado como solo un alma grande sabe hacerlo. Con ella conseguí planificar cada curso de carrera, las dos guardamos ese plan escrito a mano. Siempre ayudándome a solucionar cualquier problema, siempre en disposición de escucha, con un sentido de la justicia y de lo bien hecho como pocos. Pero sobre todo, nunca, jamás, dudó ni un solo minuto de mí.

A veces me llamaba sabiendo que yo no estaba bien, agotada, preocupada, saturada, con ganas de dejarlo todo. Tenemos una conexión especial, sabemos cómo estamos cuando la una piensa en la otra. Y sé, con toda certeza, que es de las personas que más se ha alegrado de que yo sea maestra, de que haya llegado a la meta. Su frase: «Nunca lo dudé».

Y llegó la graduación, pero por motivos ajenos a mi voluntad, no pude ir. Era la oportunidad de conocernos en persona, pero no fue posible. Fue un día duro para mí, sabiendo que ella, profes y compañeros estarían allí, y yo, aquí…

Y en esos días me llega un paquete de ella y yo…no daba crédito. Lo tenía delante y me inspiraba tanto respeto que , por un lado estaba deseando ver su interior, pero, por otro, no paraba de mirar su nombre escrito y el mío al lado.

Dentro había productos típicos de la Rioja, sede de mi universidad, una carta y un libro : «Historias de una Maestra». Un libro muy recomendado en mi universidad y que según me explicaba en su carta, sentía que ese libro nos unía a las dos. La carta, llena de palabras de cariño y esperanza. Cuando mis hijos vieron que había una carta dentro dijeron a la vez: «Mamá va a llorar…» Y así fue, las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas, y tuve que hacer varias pausas para terminar de leerla. Y guardada como un tesoro queda para siempre.

Pero las lágrimas de alegría saben a gloria. Así que me lavé la cara y la llamé para, primero, reñirle un poco, porque no me merecía yo tanto, y sobre todo, para volver a darle las gracias, por enésima vez, por todo lo que ha hecho por mí.

Y enseguida mi mente empezó a investigar qué hacer con esos productos tan exquisitos. El vino, lo voy a guardar para mi cumple, que se va acercando, porque ese vino se merece una ocasión especial, pero todo lo demás no ha tenido espera. Así que aquí va la primera receta elaborada con uno de los productos que mi Ángel me ha regalado. Y enseguida también, me vino a la mente la receta de los Canelones de Anica, los mejores que he comido nunca en estilo calientes, con salsita y esas cosas. Vamos con la receta y en este blog, espacio donde mi cocina va unida siempre al corazón, queda el recuerdo de una gran mujer, Anica, y de un Ángel que me acompañó en un momento crucial en mi vida y que espero que no se vaya nunca de ella.

Lasaña Ibérica

Ingredientes para preparar Lasaña Ibérica

  • Placas de lasaña de verdura
  • 1/2 litro de bechamel
  •  250 gr de carne picada de cerdo Ibérico
  • 1/2 lata de paté de hígado de cerdo de La Rioja
  • 4 cdas soperas de tomate rallado
  • 1 ajo picado
  • 1 cda de café de mejorana
  • Una cda de café de orégano
  • 1 cda de café de flor de Macis
  • Una cda de café de ñora picada
  • 1 cda de café de perejil
  • Sal de Bretaña
  • AOVE
  • Pimienta molida
  • 1 hoja de laurel

Cómo hacer Lasaña Ibérica

A mí me gusta adobar la carne el día anterior. Para ello le añadiremos todas las hierbas y especias, menos el laurel,  y la guardaremos en la nevera en un bol de cristal, con su tapa.

Al día siguiente la cocinaremos en dos cucharadas de aceite. A media cocción añadiremos el tomate, la hoja de laurel y ya al final el paté.

Suelo preparar este tipo de rellenos en la Chef y cuando ya casi está, programo cocción horno cinco minutos. La carne queda más tierna así, pero es un paso que se puede omitir si no tenéis este tipo de herramienta para cocinar.

Prepararemos la bechamel con dos cucharadas de harina, soperas, sofriéndola en cuatro cucharadas de aceíte. Apartaremos del fuego cuando la harina deje de oler a cruda y añadiremos la leche, removiendo rápido, y volveremos a poner al fuego, sin dejar de remover, para que espese. Una vez espesada, apartaremos del fuego y añadiremos un poco de sal, pimienta y nuez moscada o flor de Macis. Reservaremos.

Ya solo nos falta preparar las placas de Lasaña. En esta ocasión he utilizado unas placas grandes con vegetales, pero pueden servir perfectamente las que son más pequeñas . Se sumergen en agua caliente durante cinco minutos y ya podemos montar la Lasaña.

Engrasaremos con aceite una placa de horno o fuente apta para horno e iremos poniendo una placa de lasaña, otra de carne con un poquito de bechamel, otra de lasaña y así hasta terminar con los ingredientes. Un truco es no llegar con el relleno a los extremos, porque con el calor del horno se saldrá.

Terminaremos con una capa de bechamel, queso rallado por encima y un poquito de orégano y gratinaremos unos minutos en el horno.

Lasaña de carne de cerdo ibérico

Y ya podemos servir esta deliciosa Lasaña de Cerdo Ibérico, casera y riquísima. Una receta que siempre tendrá un lugar muy especial en mi cuaderno y todo lo contado, un lugar muy grande en mi corazón.

Gracias Anica, por todo lo que nos diste, y a mi Ángel, que me ha has ayudado a crecer y eso solo lo hacen las buenas amigas.

Si te ha gustado esta rica Lasaña te pueden gustar también los Canelones de Carne y Foie

Canelones de Carne y Foie
Canelones de Carne y Foie

                                                                                        Hasta la próxima receta 😀 

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                                                                                                           Inma 💖

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9 comentarios

  1. Si la receta es sólo la mitad de buena que la historia que hay detrás, y estoy seguro de que lo es, y mucho más, tiene que ser sencillamente espectacular.
    Muchas gracias por compartir ambas. besitos

    1. Muchas gracias Antxon:)) está muy rica, ya sabes el cariño que le tengo a mi cuaderno, por lo que simboliza . Y conocer a gente tan buena ayuda a crecer, sin duda.
      La próxima vez la haré como la hacía Anica, con canelones, todavía puedo imaginar sus manos rellenándolos .
      Besitos y mil gracias .

  2. Qué historia más bonita y profunda. Se me ha agarrado un poco en la garganta. Esto es lo grandísimo de las recetas de cocina, y como pasan de mano en mano, llevando con ellas historias, recuerdos, personas… Enhorabuena por el post. Y por la receta

    1. Muchas gracias …la cocina es vida, así es y si hoy somos quienes somos, es gracias a ello. A todo lo vivido y compartido . Y supongo que reflejamos en todo lo que hacemos nuestra esencia .
      Me alegro que te haya gustado.
      Un fuerte abrazo y gracias por tus palabras , que llegan al corazón .

  3. Tomo nota de la receta y aunque no se cocinar como tú prometo aplicarme. Y por cierto corroboras mi tesis que en la cocina ademas de colores hay amor.

    Saludos.

    1. Muchas gracias :)) ¿Cómo que no sabes cocinar? ¿Te hace ilusión hacer esta Lasaña? Pues a por los ingredientes y a seguir los pasitos. Te quedará buenísima y quiero que me lo cuentes, ¿vale?
      «Lo difícil se consigue y lo imposible se intenta». Así que, ¡Adelante!
      Saludos.

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