Tarta de Chocolate y Crema de Fresas
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Hoy tenemos una Tarta de Chocolate y Crema de Fresas muy especial. Porque esta tarta es para celebrar el cumpleaños de uno de mis hijos, el mayor, Alberto.
Es increíble la velocidad a la que va el tiempo. Cuando eres pequeño parece que va despacito, pero conforme vas creciendo, los días parecen tener menos horas. Y parece que fue ayer cuando vi su pie sostenido por la matrona.
Recuerdo con absoluta nitidez el olor de su cuerpo, el color de su piel, sus manecitas…Todo, como si lo tuviera delante ahora mismo. Fue un embarazo de los buenos, ni náuseas, ni nada anormal. Lo único que tuve que dejar fuera fue el chocolate porque me producía dolor de cabeza, y me lo aconsejó una neuróloga. Quizá ya era un pequeño entrenamiento de renuncia, pues luego llegarían muchas más…
Y llega el 26 de abril…Todo iba demasiado bien hasta llegar el momento del parto. Eran las dos de la madrugada, y me despertó una contracción que me traspasó. Y así fueron durante trece largas horas que duró todo el proceso.
Vivíamos en un quinto y esa noche el ascensor se rompe, menos mal que era bajar y no subir…Llamé a mi hermana, y se vino conmigo al hospital, en un taxi. Recuerdo que me cogía la mano y me preguntaba «¿Inma, estás bien? Venga que ya viene Alberto». Madre mía, ahora vuelvo, que me emociono solo de recordarlo…
…Bueno, seguimos. Ingresé en una habitación y el dolor era realmente intenso. Vi amanecer y conforme pasaban las horas, fui entrando en un estado totalmente diferente. Tanto dolor me anestesiaba durante los pocos minutos que no tenía contracción. Por fin llegó el médico, y después del reconocimiento me dijo que esto iba despacio. ¿Despacio? ¿Después de nueve horas rota de dolor? Ahí me empecé a poner nerviosa. No me gustaba que llevara tanto tiempo y no hubiera habido avance.
Y llegó la jefa de matronas, compañera y amiga de mi madre de toda la vida, Adela, y se puso en marcha y me pusieron la epidural. Con tan buena fortuna que la anestesia se fue por lo que ellos llaman un canal. Es decir, hacia un lado del cuerpo. Solo se me durmió la pierna izquierda. Ufff, no habíamos avanzado nada y las contracciones eran tremendas, y yo no sabía cómo estaba mi bebé. Me pasaron a la zona de dilatación, me rompieron las aguas y vi que la matrona y mi madre se salían fuera. No me dijeron nada y el proceso seguía cada vez más intenso, cada vez las contracciones más seguidas, hasta que llegó un momento que ya no me daba tiempo ni a coger aire entre una y otra.
Bien, vamos al expulsivo, dos y media de la tarde, y otra matrona me empieza a hacer lo que ellas llaman maniobra de expulsión, pero vamos, que en mi tierra se llama clavarme los codos en mi diafragma hasta que mis labios se amorataron. Lo peor, un pediatra entra en la sala y le dice a la matrona que no dejen llorar al niño. Uy, uy, uy, esto estaba bien feo. Pero siempre hay luz en las tinieblas.
Pasaba por allí el tocólogo que había controlado mi embarazo, un gran tocólogo, al que le regalé todos los bombones que me fueron dando, porque como no podía comérmelos, se los llevaba, así que creo que me cogió algo de cariño. Se puso unos guantes, hizo una maniobra suave en mi vientre y el niño por fin, bajó de plano y comenzó a salir su cabecita.
Pero el pediatra seguía ahí, dando pasos cortos, en actitud de espera y bueno, por fin sale Alberto y veo su pie, negro…Oh Dios mío, empecé a querer girar la cabeza hacia Alberto, pero se pusieron delante de mi las enfermeras y no me dejaron verlo. Pues sí, amigos, nació muy comprometido, las aguas estaban mal (lo supe después) y Alberto venía con dos vueltas de cordón; una en el cuello y otra en bandolera hacia su tobillo. Por eso el pobre aunque empujaba no conseguía bajar…
Y después de unos interminables minutos, su llanto lleno el espacio del paritorio, un llanto que anunciaba vida, por fin…
La espera mientras yo estuve en reanimación y hasta que me lo llevaron a la habitación me hizo recordar qué lento pasa el tiempo a veces, como en la infancia. Cuando por fin escucho un sonido de succión, ¡Venía comiéndose los puños! Pobre, porque esas vueltas de cordón le impidieron los últimos días recibir bien el alimento y pesaba 2.900 kg, era chiquitín…
Ainssss, pero por fin lo tenía conmigo, fue amor a primera vista y para siempre…
A partir de ahí, cada día con él ha sido un aprendizaje continuo. Dicen que los padres tenemos la misión de enseñarles el mundo a nuestros hijos. Pero sin duda él es uno de los mayores maestros para mí. Un ser que me enseñó desde el primer momento el amor en su estado puro. ¿No es ese el mayor aprendizaje que un ser humano puede recibir?
Y ahora ya, un hombre, que mide casi dos metros, y que se ha ido formando, cada día, con amor y paciencia. Esta tarta era un gran reto para mí. Prepararía la comida pero quería hacérsela yo, como regalo a tenerlo como hijo, bien amado.
A escondidas, lo fui preparando todo. El muñeco lo encargué dos meses antes, en una tienda que hay a la vuelta del cole de mis niños. Una tienda-taller de repostería. Una tienda con aroma a mantequilla, y dos chicas muy majas, Ruth y Elena, que me ayudaron a dar un toque muy personal a su tarta.
Ahora venía la parte más mía, la tarta. Pero me temblaban las piernas de pensarlo. Si me salía mal, todos se quedarían con una cara…y yo me hubiera sentido muy frustrada.
Pero como siempre os lo digo, y es porque es verdad, tengo a mi alrededor gente realmente increíble, que jamás imaginé que podían llegar a ser tan buenos amigos. Fran, del blog Cocinar y a Comer, es experto en cakes, muffins, cremas, tartas, decoración y yo, ufff, pues no me queda nada, años luz. Para empezar no sabía ni qué bizcocho hacer. Había dos puntos claros: de chocolate y que no necesitara mojarse.
Es decir, muy tierno. Fran me dedicó un buen rato a cuadrar la idea, a empezar a darle forma y fue él quien me dio la receta del bizcocho, que en realidad es un Bundt Cake del libro de Bea Roque: El Rincón de Bea. Y vaya las casualidades que, el día que voy a recoger el muñeco para la tarta, Silvia y Ruth lo tenían a la venta en su tienda y me lo llevé. El relleno, estuvimos barajando varias posibilidades y le encantó la propuesta que le hice, extraída de mi curso de repostería francesa con Luis Olmedo.
Y entra en acción Ligia, del blog Los Dulces de Ligia. No tengo palabras, ella es…pura acción, y entre los tres creamos esta tarta. Un detalle que no se olvida, los dos disponibles vía teléfono por si los necesitaba, por si en alguna de las partes algo salía mal, incluso Ligia me llamó ¿Cómo se agradece esto?
Pero no os lo perdáis, que Mónica, mi amiga del blog de Dulce de Limón, ya tenía la idea perfecta para una parte del bizcocho que iba a sobrar al igualar la tarta…
Aspectos a mejorar: mi trabajo con la manga pastelera, sin duda. Pero quitando esta parte, os animo a preparar esta tarta en forma de Bundt Cake. Fran me decía que es el bizcocho más tierno de chocolate que ha probado y doy fe de ello.
Y la crema da un punto de frescura que hace que esta tarta sea especial. El muñeco, pues también le dimos unas cuantas vueltas. Pero Alberto es un enamorado del deporte, se va con su bici cada día, a un parque natural donde hay barras.
Si no fuera porque internet tiene esa parte oscura con el tema de las imágenes, me hubiera encantado compartir con todos vosotros una foto suya. Pero intentando apartar un poquito la pasión de madre, os aseguro que está guapísimo y como le dicen sus hermanos: «Alberto, estás cachas».
Ay, ay, ay, las madres cuando hablan de sus hijos, parece que nos dan cuerda. Así que vamos con la receta.
Tarta de Chocolate y Crema de Fresas
Ingredientes para preparar Tarta de Chocolate y Crema de Fresas
Ingredientes para el Bizcocho:
- 250 gr de mantequilla
- 425 gr de azúcar
- 4 huevos L
- 350 gr de harina de trigo
- 1 cucharada de bicarbonato
- 250 ml de buttermilk
- 60 gr de cacao sin azúcar
- 150 ml de agua hirviendo
- 1 cda de esencia de vainilla.
Para la Buttermilk:
- 250 ml de leche semidesnatada
- Zumo de medio limón
Para la Crema de Fresas:
- 300 gr de Mascarpone
- 200 ml de nata para montar
- 70 gr de azúcar
- 6 fresas
Elaboración de la Tarta de Chocolate y Crema de Fresas
En primer lugar prepararemos la buttermilk. Tan fácil como mezclar en un bol la leche con el zumo de limón y reservar. Iremos viendo que la leche se corta, eso es genial, lo hemos conseguido.
Vamos con el bizcocho. Batimos mantequilla con azúcar, bastante, pues el azúcar debe desaparecer. Y mira por dónde he aprendido algo nuevo, que viene de nuestra gran maestra Ligia: la fricción de la mantequilla con el azúcar hace que luego, junto el bicarbonato, el bizcocho suba y quede tan súper tierno.
Por eso también una de sus indicaciones es que, en esta receta, no se puede poner cacao con azúcar, y allá que me fui a buscar el que tenía que ser. Y esto confirma una de mis teorías existenciales: «Nada es porque sí…»
Bien, ahora vamos con los ingredientes secos. Tamizaremos la harina con el bicarbonato y la sal. ¿Por qué es necesario este paso? Porque es clave en la textura del resultado final. En realidad deberíamos hacerlo con todos los bizcochos. Mirad la diferencia…
Ahora calentamos el agua y añadimos el cacao. Este paso lo hice en la Thermomix. Programé a 100 grados, velocidad 3, 4 minutos.
Ahora vamos a incorporar cada parte y removeremos hasta que quede una masa homogénea.
Calentamos horno a 180 grados y ahora podéis hacer dos cosas: si queréis toda la masa junta, un Bundt Cake, engrasáis un molde con mantequilla y al horno unos cincuenta minutos.
Yo os cuento cómo lo hice para darle la forma que veis. Lo cocí en dos veces. Dicen que las masas con bicarbonato no pueden esperar. Pero no me cabían las dos planchas de bizcocho, así que esta vez, tuvo que esperar, y tengo que decir que se portó de maravilla.
Subieron las dos partes y estaban igual de buenas. Una de ellas quedó más alta, pero esto fue una gran oportunidad para preparar el postre del día de la Madre. Igualé las dos partes y la placa que quedó la congelé. Y pronto os cuento qué postre preparé, una delicia que me sugirieron Fran, Ligia y Mónica.
Para preparar la crema de fresas, trituraremos muy bien las fresas lavadas, añadimos el mascarpone, el azúcar, la vainilla y por último la nata para montar, bien fría. Guardaremos gran parte para rellenar entre ambas planchas de bizcocho y dejaremos una parte para decorar. Esa parte irá a la manga pastelera y ya a hacer lo que cada uno sepa hacer. En mi caso mucho que mejorar, pero no se nota, porque había tanto amor en esta tarta, que lo compensa, ¿A qué sí?
Y llega aquí el momento de poner el muñeco de caramelo, que aunque se podía comer, lo ha puesto en su habitación…
Y decorar con la manga pastelera la parte reservada de la crema.
Las fresas naturales, que adornan la superficie, visualicé un vídeo en internet. Qué gracia me hizo. Lo miro y pienso » Esto es facilísimo» Pues mi pequeño y yo nos comimos como unas diez o doce hasta que salieron bien. Buena dosis de vitamina C, sin duda. No es tan, tan fácil, pero se puede conseguir con paciencia y la técnica infalible: «Ensayo-error».
Cuando la tengamos montada la tarta hay que introducirla en la nevera, para que la crema quede fresquita.
Y llegó el momento, no le dejamos entrar en la cocina, así que no sabía lo que estaba por venir. Yo creía que iba a ponerse eufórico, a gritar, o algo, pero no…se quedó en silencio, mirándola, con los ojos fijos en ella y mirándome a mí. ¿Qué os puedo decir de ese momento? Ese momento de complicidad y de amor mutuo, que es cierto que una mirada dice mucho más que mil palabras…
Querido Alberto, mil gracias por haber venido. Tú y tus hermanos sois mi vida y mi razón de ser.
Y gracias, madre, porque tú eres el reflejo del amor a mis hijos. Cómo me has cuidado y me has amado siempre, sin condiciones. Al nacer Alberto entendí cuánto y hasta dónde nos amas.
Si te ha gustado esta riquísima Tarta de Chocolate y Crema de Fresas te invito a que pruebes una versión diferente de esta Tarta de Chocolate Rellena de Crema de Fresa
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Inma 💖
Muchas felicidades! qué linda manera de festejar. La tarta se antoja, con el pan suave, esponjoso y mucho chocolate 🙂
Muchas gracias, la has descrito estupendamente. Gustó mucho, creo que ahora tienen todavía más ganas de que se acerque un cumple :))
Feliz día.
Una entrada bellísima. Tu hijo, Inma, estará emocionado cuándo la lea. Que bonito nos cuentas tu parto y esa espera…Enhorabuena, felicidades a los dos y sí, volará su vuelo, te lo dice una madre de tres hijos que vuelan ya. Besos.
Muchas gracias por tus palabras, se emocionó al verme llegar con la tarta en mis manos…
Fue un parto duro, pero ¿Qué te puedo contar que tú no sepas? Ese dolor se olvida, y nuestros hijos ocupan un lugar especial para toda la vida en nuestro corazón. Besos súper mami :))
Igualmente para ti. Bs.
Ah, aunque cojo kilos con facilidad, probaremos la tarta 🙂
Inma me has dejado sin palabras, tu lo has dicho todo, merece la pena todo el martirio del parto, si la vida te recompensa con un hijo tan ideal, seguro que flipó con esta delicia, pues ya se sabe con con esa edad les da un poco de corte expresar todo el amor que llevan dentro.
Enhorabuena, pues te quedó fantástica. Besos y feliz finde!!!
Muchas gracias ….pues la verdad es que es la mejor recompensa :))
Agradezco mucho tus palabras. Feliz finde para ti también y Bsitos de vuelta !
Que rico y que bonita entrada, me ha emocionado tu pasión y el cariño que pones con todo, es una tarta perfecta felicidades guapa
Gracias… Todo mi cariño en ella.
Bsitos!
Inma, es una entrada muy especial, te lo dije en su momento… la tarta te quedo espectacular y seguro que deliciosa, porque dejando a un lado que las recetas de Bea son fantásticas, el amor que tu pones en todas y cada una de las cosas que preparas, hace que queden aun mas ricas… Seguro que Alberto quedo encantado, y que es un recuerdo que llevará por siempre en su corazón… Solo puedo decirte que me ha encantado la entrada, y que sabes que cuentas conmigo siempre… no hasta dos ni hasta tres… tu simplemente cuenta conmigo, un beso!
Muchas gracias Ligia… Eres muy especial para mí. Yo también , siempre…
Un beso!
Me encanta porque cada receta que publicas es también una parte de tu vida y de tu corazón que compartes con nosotros.
Seguro que fue un exitazo y, aunque a ti no te parezca perfecta, lo fue. Lo que había en ella, además de una tarta que estaría para chuparse los 20 dedos, era amor y dedicación, y creo que eso es la cocina, o debería serlo.
Besitos. Y que sean muchos más :*
Gracias amiga, por todo .Mucho amor, así fue.
Y estaba de rechupete :))
Bsitos !!!
¡¡Wow!! Por favor que pinta más buena… es ver chocolate y empiezo a salivar… ¡lo adoro! mi sabor dulce favorito… después van los cítricos… jeje Buenísima receta…
Jejejeje, muchas gracias :))
Mil gracias Fran, haber podido contar con vosotros ha sido una bendición .
Un beso grande :))
Creo que todo lo que iba a decir ya ha sido dicho en una historia tan tierna y jugosa como la tarta. Así que solo me queda felicitar a la mama cocinera, a Alberto y al resto de la familia. Os deseo que podáis celebrar todo lo celebrable -y algo más- durante muchos-muchos años.
(aunque presiento que el ansia por el chocolate durante el embarazo ha acabado reflejándose en esta espléndida tarta 😉 ¿no habrá sobrado alguna miguilla, no?)
Besitos
Esta tarta ha sido la revancha de los embarazos , Jijijiji . Quedaron unas miguillas pero preparé con ellas el postre del día de la Madre ;D
Yo también espero que sean muchas celebraciones y que aunque tenga que salir del nido, sigamos unidos para siempre…
Muchas gracias por tus palabras Antxon :)) Bsitos