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Crema de Membrillos

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De nuevo un pedacito de Francia llega al blog. Esta Crema de Membrillos está inspirada en uno de los productos más vendidos y apreciados allí, el gel de membrillo. La primera vez que lo probé fue un auténtico viaje de vuelta a la infancia, pero para bien.

Tengo una buena historia con mi experiencia con los membrillos, de mi época colegial. Ahora me parece entrañable, incluso me sonrío, pero os aseguro que no lo pasé nada bien. Yo era de poco comer, pero de muy poco comer. Por esa época mi madre doblaba turnos, trabajaba en dos sitios,  y yo, al ser la más pequeña, pues ella pensó que yo estaría mejor en el comedor, puesto que había cole por la tarde.

Yo estaba de acuerdo e incluso ilusionada, porque así estaba con amigas y podía jugar y comer con ellas. Pero yo era de las niñas que siempre terminaba la última, todo se me hacía bola, enseguida mi pequeño estómago se llenaba, y yo ya no quería seguir sentada con un plato delante inalcanzable para mí.  Y entonces, ese día a la semana, cada semana, había de postre dulce de membrillo. Pero no penséis que una ración pequeña, no, un plato de postre hasta arriba. O yo lo veía gigante, ya no sé dónde está la realidad.

Y por la puerta del comedor entraba, una religiosa enorme, grande, grande, me cogía en volandas y me sentaba encima de ella, y cogía la cuchara y me metía un trozo el la boca. Aquello no podía tener un final feliz, y así pasaba, el membrillo, junto con lo demás, acababa malamente, os podéis imaginar.

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Desde entonces, aborrecí el membrillo hasta no os podéis imaginar. Y nunca más, hasta hace muy poco, me atreví con él. Sé que esta religiosa lo que quería era que me lo comiera todo, que estuviera fuerte, poder decirle a mi madre que podía estar tranquila, que su niña estaba muy bien en el comedor. Pero no consiguió el objetivo, por más que cada día lo intentó.

Le doy las gracias, por su perseverancia, porque sé que me quería mucho, pero no hacíamos buena pareja en la mesa…

Años después lo he llegado a probar en alguna ensalada, pero seguía costándome mucho disfrutarlo. Recuerdo una vez que le regalaron a mi madre, y yo me pasaba el día cerrando la puerta de la cocina porque el aroma se podía percibir por toda la casa.

Y llega mi amiga Mari y comparte en el grupo de Facebook sus primeros membrillos y su primer dulce de membrillo. Mi primer recuerdo fueron aquella época en el comedor. Pero algo en mí me decía que era el momento de reconciliarme con los membrillos de una vez.

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Preparar esta receta ha sido una reconciliación y un encuentro a la vez. Lavarlos, cepillarlos por fuera, partirlos, quitarles las pepitas…Nunca había visto un membrillo por dentro, ni se me pasaba por la imaginación traer a casa.

Así que esta reconciliación se la debo a Mari, y a un poquito de mí, en el sentido de querer trascender las experiencias que a veces, y sin mala intención, se convierten en negativas. Y que arrastrarlas no ayudan a crecer. Ha sido una gran satisfacción personal, además de vivir el proceso, al probarlo, fue un acto realmente simbólico para hacer las paces con esta fruta que, nunca tuvo la culpa de nada, y que vivía lejos de mi cocina.

Y hay algo más. La primera intención fue elaborar ese dulce que os comentaba al principio, típico de Francia. Pero no pude, modifiqué la receta porque era superior a mis fuerzas. Había que tirar toda la fruta y quedarse solo con el jugo. Y no pude. No soy mejor por esto, pero, y aunque me quiero considerar flexible, para algunas cosas no lo soy en absoluto. Me niego a tirar comida y mucho menos en buen estado. Esta es una de las razones por las que mi licuadora está en una caja en el trastero. Comprar una piña natural y ver cómo toda la pulpa iba a la basura me entristecía. Y es por ello que vino la batidora americana, que permite aprovechar las piezas de fruta y verdura al completo. Un buen Smoothie lo prefiero, sin duda.

Cuando Laurent volvió de trabajar yo estaba deseando que lo probara, porque él es el experto en todo lo que a Francia se refiere, mi gran maestro, y su primera frase fue : «Pero esto no es gel». Lo miré y le dije: «No he sido capaz de tirar la fruta». Su mirada de ternura y nuestros silencios, lo dijeron todo. Lo probó, le gustó, y su respuesta fue :»Pues no pasa nada, cuando vayamos si quieres compramos un tarro de gel allí».

Tenemos también en el blog el Dulce de Membrillo con mi toque personal, riquísimo. Me encanta en ensaladas.

Y ahora sí, sin más, vamos con la receta que al final es una receta comodín, porque podemos usarla como una mermelada, pero también para rellenar postres o como ingrediente de deliciosos bizcochos.

Crema de Membrillos

Ingredientes para preparar Crema de Membrillos

  • 2 membrillos ecológicos y grandes (800 gr)
  • 1/2 litro de agua mineral
  • 500 gr de azúcar
  • 1 cda sopera colmada de pasta de vainilla

Elaboración de Crema de Membrillos

Vamos a limpiar la piel de los membrillos con un cepillo y a lavar bien. Los partiremos en cuatro para quitarles bien las pepitas, pero no les quitaremos la piel. Es una de las pieles de fruta que más pectina lleva, y le va a dar un toque único a la crema.

Una vez limpios, vamos a partirlos en trozos más pequeños y vamos a poner a cocer en agua mineral quince minutos. Trituraremos y pasaremos por un colador. Es fundamental este paso para que quede una crema fina, sin ningún tipo de resto de piel ni quede grumosa.

Aquí tenéis los primeros pasos de mi reconciliación 🙂

Crema de Membrillo

Pondremos la crema en un cazo a hervir suavemente y le añadiremos el azúcar, removiendo constantemente. Una vez que el azúcar esté totalmente integrada añadimos la vainilla y dejamos cocer diez minutos. Ya está lista la crema. si queremos hacer conserva con ella, tendremos preparados los frascos limpios. Llenaremos dejando un dedo de espacio entre el frasco y la tapa y los pondremos con la tapa hacia abajo hasta que enfríen por completo.

Crema de Membrillo

Salieron dos frascos al vacío y un bol de cristal que una vez fría la crema, guardé en la nevera y estamos tomándola como si de una mermelada se tratara.

Receta Crema de Membrillo

Qué bonito sería que pudiésemos reconciliarnos con nuestro pasado, siempre de esta forma tan dulce.

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Dulce de Membrillo                                                                              Hasta la próxima receta 😀 

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                                                                                                   Inma 💖 

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5 comentarios

  1. Soy fan del membrillo… mi abuela toda la vida ha hecho la mejor carne de membrillo del mundo mundial… y los recuerdos que me trae son los mejores… me alegro mucho de tu reconciliación… Besos!!

  2. Y lo has conseguido Inma , me has dado una grata sorpresa jeje , siempre es bueno que hablen de ti tratándose de bueno jejeje , gracias amiga eres sensacional , besos….

  3. El pasado no vuelve pero sí podemos recordarlo. Tú no tienes buen recuerdo de aquel membrillo pero ahora me has hecho endulzarme con esta receta que debe ser todo un manjar!!un beso

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